Si tengo claro, muy claro y es evidente que se lo que quiero
y donde estoy, también soy consciente de lo que viví y de que fue negativo o amargo, pero supe aprender. Pena
da tener que reconocer que a “enemigos puente de plata”, reconozco y reconoceré
que tener que agradecer a quien o a quienes te hicieron daño, que gracias a
ellos aprendiste, no se aprende de halagos, no se aprende de regalos o
sonrisas, se aprende de palos y de la crueldad que existe y de que la realidad
supera a la ficción eso lo vamos a ver, pues esta historia que roza la locura y
en más de un momento la cruel desesperación, amarga y dura experiencia que
causando dolor aporto a mi conocimiento y seguridad, experiencia amarga, hiel
envenenada que me ayudó a consolidar mi personalidad, a saber lo que quiero y
el por que.
Si, sufrí maltrato en el ámbito familiar, físico y psíquico,
pero tal vez aunque no esperas que quien fue tu enamorado te golpee o humille,
lo que menos esperas es que miserias de personas, espíritus miserables, que
aprovechando tan enriquecedora situación pulularon en mi entorno, como hienas y
rapaces pensando que provecho obtendrían de un matrimonio desecho, sufrí acoso,
chantaje y un rosario de situaciones tan surrealistas como retorcidas, producto
de mentes enfermas, carentes de vida propia, gente con falta de ser gente,
buitres pesados que con acciones inquisitorias dejaron ver el tipo de personas
que eran y son, pero repito y con orgullo que gracias a este grupo de truhanes
carentes de vida propia, aprendí quien era y quien soy.
Todo el arrastre
vivido me enseñó a estar en mi sitio.
Por tanto, es ahora mi deber poner a cada uno en el lugar que le corresponde, ya
que es de buen samaritano enseñar al que no sabe y si yo aprendí, ahora que
aprendan los que no comprendieron la lección.
Tendré que describir a los personajes de esta historia real
vivida por mí, mi hija y personas de mi entorno más próximo, testigos del
esperpento que la vida real nos hace sufrir, aunque, cierto es que “la grandeza
de una persona se conoce por el número de enemigos que tiene”. Aunque, también
es cierto, que depende la calidad de dichos enemigos y si pienso en algunos de
ellos…. ¡Deprimente!
Yo no sé si soy grande como persona - alta sí soy, mido un
metro setenta y siete-, pero algo estaba haciendo, algo estaba impulsando, algo
había emprendido o puesto en marcha como persona, mujer o empresaria que atrajo
a moscardas a esta confitura.
No fui consciente en mucho tiempo de que realmente lo que
estaba impulsando cambiaría muchas cosas, ni imagine jamás, que el detonante
por el cual todos los personajes ambiciosos y ansiosos de poder o protagonismo
que entraron en escena, utilizarían mi situación personal, en la cual me vieron
débil, apagada o vulnerable y como carroñeros haber lo que caía. Desconocedores
que son: tu trabajo, tus ideas personales renovadoras o innovadoras las
que consolidan tu trayectoria, lo que te
aporta la estabilidad y el reconocimiento
a tu empeño y continuidad, los que impulsan tus objetivos, no el ser unos
trepas avasalladores que lo único que saben es imitar o plagiar el trabajo que
tu haces.
Describir al que fue mi marido francamente no es mi
apetencia, pero nunca hablé ni hablaré mal de él. Me ceñiré lo más estrictamente
posible a los hechos y momentos vividos, los nombres de los personajes los
variaré, no quiero hacer leña del árbol podrido, la madera enferma no hace buen
mueble, no haré publicidad al que no la
merece. Intentaré solo narrar, describir sin insultos ni ofensas, pues no
guardo rencor a ninguno de los que, al fin y al cabo, y contraria a su
intención inicial de despedazarme, considero los artífices e impulsores de mi
éxito personal, de que a DIA de hoy me siente libre de cargas, segura de mi
misma y en plena disposición de saber decidir sobre mi y lo que es y va a ser
mi vida.
Como en toda historia están los buenos y los malos, yo creo
que ni eran tan malos ni quizás yo sea tan buena, pero lo que si he aprendido a
diferenciar es la intención con la que se hacen las cosas, la ambición es muy
mala consejera y más si en intima amiga de la envidia, es muy verdadero que hay
que vivirlo y sentirlo para saber lo que se pasa y como cada persona lo
sufrimos de una manera distinta, mi matrimonio no es ni el primero ni el último
que se rompe y que se continuarán rompiendo, pero si que tu vas a valorar y a
darte cuenta de que las circunstancias y argucias que se utilizaron para
apartarme o quitarme de en medio fueron muy maquiavélicas y tramadas con
argucia y exceso de mala fe, del comportamiento de mi exmarido si me quedo
claro que fue un aprovechado y que su interés en mi lo baso en lo económico,
como todos los hombres que son infieles, su actitud fue como supe tiempo
después la de todos los hombres que son infieles y que de una u otra forma
saben y son muy conscientes de lo que están haciendo, el por que de la extrema
situación vivida, como es lógico, mientras no son conscientes de que sospechas,
de que lo sabes y de que eres plenamente consciente de que te están engañando,
ellos intentan o llegan a creer que lo consiguen el disimular, tapar el engaño,
pero es imposible, de una forma o de otra nosotras lo intuimos e incluso sin
llegar a saber que pasa exactamente pero sabemos que ese día llego.
Si a todo lo que empiezas a sospechar, a intuir le
aderezamos con que falta dinero del lugar habitual en que tu lo guardas, cuando
dices y le preguntas ¿Qué te pasa?, responden con evasivas y a la defensiva,
las salidas con supuestos amigos aumentan y siempre esta el caritativo de turno
que se presta para hacerle de tapadera, vamos ya clama, ¿por tan tontas nos
tienen?, ¿tanto subestiman nuestra capacidad?
No creo que mi matrimonio fuera perfecto, ahora se que nunca
lo fue, pero dicen que si el amor todo lo vuelve de color de rosa, en mi caso
con los años el color rosa se convirtió en tan morado, gris y siniestro, que ya
creo que lo ocurrido y el desenlace vivido era y fue lo que más de uno estaba
esperando, quizás por que siempre se dieron cuenta de lo que yo jamás vi o no
quise ver, a tal extremo me engañe a mi misma que me sentía plenamente feliz,
cuando me preguntaban, ignorante de mi, pues las preguntas venían motivadas por
lo que desde fuera los demás veían, yo ciega y absurda, desconectada de la
realidad que vivía a diario respondía pletorita, “soy muy feliz”, me lo creía y
todo, creo que por cuestión de cultura, si eso que desde pequeñas nos meten o
nos metemos solas en la cabeza, un marido, un príncipe azul, una familia, un
hogar, vamos que es lo que nos creemos que nos va a hacer felices, y una
mierda, soy más feliz ahora, segura de mi misma y me siento plena como persona
y mujer, gracias a que me despoje, me rasgue todos esos tópicos y me deshice de
cuentos de hadas y pamplinas, fantasías irreales que nos alejan de ser quien
somos realmente.
Yo soy Maria Eugenia, persona, madre y mujer, si mujer y
como saben ser mujer no es fácil ni sencillo, la complejidad esta a cada paso
que damos, nuestra barrera la mentalidad de la sociedad y sobre todo y ante
todo y lo peor de todo, nuestra mentalidad, esos criterios de familia de cásate
con un buen hombre, el matrimonio es necesario, sin un hombre no eres nada, ¿Y
por que necesito a un hombre yo para ser algo en la vida?, si yo ya soy yo,
valgo por mi por mis hechos y decisiones.
Claro está que sabiendo lo que hoy sé y teniendo la decisión
y seguridad que tengo en mi, pues confío en mi, cuestión muy importante y de
vital importancia para que nos demos cuenta de que ser uno mismo es ante todo
haber aprendido a ser feliz.
Tengo el firme convencimiento de que en mi evolución hacia
la madurez y claridad de conceptos e ideas que a día de hoy tengo, era muy
necesario y lo afirmo, fue muy necesario el proceso que me hizo crecer y
evolucionar como persona ante todo, en ese proceso fue necesario mi exmarido.
Desde que salí de casa de mis padres mis ilusiones e ideas
de joven que me quería comer el mundo fueron quizás la fuerza que me impulso a
esa marcha, adoraba a mi madre y hermana, pero mi vida tenía que ser como yo quería,
no como quisieran los demás, ser ama de casa criar hijos, poner el Belén en
navidad y hacer repostería, si me gustaba, enamorarme y tener un hogar, eso que
dicen que es la estabilidad y la felicidad, pero antes de llegar a eso tenía
que conocer, saber y darme cuenta de que era la vida en realidad, como joven
rebelde y con aspiraciones, inquieta y con pasión que hervía en mis venas, las relaciones con mi padre al
que quiero muchísimo no eran lo buenas que hubiera deseado, pero mis ansias de
conocer mundo y mi espíritu de aventura creo que fueron ingredientes decisivos
en mi partida.
Como solo nos vamos a centrar, de momento en una cuestión,
como mi intención no es divagar y dispersar el tema, nos centraremos en mi relación
sentimental más larga, esa que dicen es la que es para siempre, un día me
pregunto una amiga, ¿Qué hiciste para divorciarte?, me case le respondí.
Esta claro que tiene que haber un comienzo para que haya un
final y que no imaginamos nunca ni sabemos cuando nos llegará ese principio que
necesitamos para encontrarnos realmente a nosotros mismos, pero cuando pasa,
cuando ya pasó y sientes en tu interior que tras tremendo vendaval aún estas
ahí, notas que tus ideas están más claras que nunca y que tomas decisiones con
rapidez seguridad y mucha claridad de objetivos, es ahí cuando sabes que ya
eres libre, que por fin tu ya eres tu, que tu vida ya es realmente tuya y que
la vives como tu quieres vivirla y sentirla, ya nadie te ata, ya nadie ni nada,
sea pensamiento, ideología o simplemente costumbres adquiridas, pues en resumen
somos eso, ideas inculcadas y costumbres, somos demasiado costumbristas.
Ahora comprendo que viví el proceso y que quizás sea una
persona afortunada pues habrá personas que en toda su vida no hayan encontrado
su verdadero yo, su verdadero lugar.
La suma de acontecimientos y hechos emocionales fueron el
resultado de que yo me hiciera fuerte y que mi capacidad creciera, obteniendo
algo importante y necesario, creer en mi misma, saber que yo pienso por mi y
que mis ideas e iniciativas son mías, pues yo tengo mis decisiones y valores
propios, que la influencia de gente toxica de mi entorno no es necesaria, pues
yo ya se decidir por mi.
Cuando te enamoras, no sabes lo que te atrae de esa persona,
la conjunción de físico, emoción o de la situación personal en ese momento, lo
cierto es que el, llego a mi vida como empleado, reconozco que siempre he sido
muy independiente pero en aquellos momentos y no se por que me convertí en
dependiente, no se ni puedo explicar lo que ni yo misma entiendo pero lo cierto
es que entre el chico contratado para se el portero de mi negocio y yo surgió
una amistad, agradable, compañerismo y desde luego reconozco que me hacia reír,
tal vez encontramos el no en el otro apoyo o comprensión, yo me sentía sola y
tal vez el también, no fue eso de aquí te pillo aquí te mato, estuvimos meses
de salir, ir al cine, paseos conversaciones en la puerta del local.
Carrusel era como todo lo que yo hago, una mezcla de Pub,
discoteca, music-hall, espectáculo, un coctel nocturno divertido pero a su vez
peligroso.
Los días pasaban y sin tener claro lo que había realmente
entre nosotros lo cierto es que un día me di cuenta de que me había enamorado,
no me da vergüenza reconocerlo, yo quererlo lo quise mucho, no le odio ni
guardo rencor, no quiero verlo mas, ni en pintura como diría mi abuela, pero
rencor ninguno, el que odia nunca es libre, es siempre prisionero de su odio y
ese sentimiento no permite crecer como persona ni proyectar tus sentimientos
con libertad.
Fueron años pues como los de muchas pareja, había ilusiones
o eso creí yo, proyectos pocos pues yo no paro soy un torbellino de iniciativas
y el mas cómodo, mas pasivo laboralmente, como lo describe una intima amiga
mía, ahora pues si me doy cuenta que su comodidad y pasividad hacia que toda la
economía dependiera de mi trabajo, pero creo que ni lo pensaba, ni me lo
plantee nunca, me sentía a gusto e incluso diré que feliz, pues aunque ni yo
soy perfecta ni el tampoco lo fue, lo que si me transmitía, boba de mi, que
sola me lo trague, creí sinceramente que era leal y que sus palabras realmente
eran sinceras, quizás su comportamiento